Residencias de ancianos especializadas en Ictus

El Ictus es un accidente cerebrovascular que también se conoce como ACV, es igual a un infarto del corazón pero en el cerebro. Hasta ahora es desconocida la causa del accidente cerebrovascular, pero se describe como una interrupción del flujo sanguíneo que va a una parte del cerebro o la ruptura de una vena cerebral causando el Ictus. Sucede de forma imprevista en las personas menores de cincuenta y cinco años, pero el porcentaje más grande de accidentes cerebrovasculares se presenta en personas con más de setenta y cinco años.

Después de que se presenta el Ictus deja secuelas importantes en las personas afectando considerablemente su calidad de vida, ya que después de atravesar un problema cerebral comienza una serie de fases que la persona debe pasar para poder tener una mejor calidad de vida, como rehabilitación que es un punto importante para la recuperación o la mejora de los pacientes, especialmente en los más jóvenes. En España se pueden conseguir residencias que se especializan en ofrecer rehabilitación y cuidados profesionales a personas que hayan sufrido un ictus, especialmente en adultos mayores que son la población más propensa a este tipo de enfermedades cerebrovasculares. Después de pasar por el ictus, los adultos mayores requieren rehabilitación, gimnasia terapéutica y entrenamiento muscular para mejorar su estado física, muchas veces es muy difícil ofrecer este tipo de terapias desde casa por diferentes motivos como tiempo, falta de personal o simplemente desconocer cuál es el proceso.

Cuando las personas se encuentran ante un accidente cerebrovascular cada minuto cuenta, es por eso que conocer cuales son los síntomas es muy importante para poder ayudar a una persona que le esté dando un ictus. Los primeros síntomas son el adormecimiento de uno de los lados del cuerpo especialmente la pierna, cara o brazo, para comprobar que está iniciando el accidente cerebrovascular se suele pedir a la persona que sonría o que levante los brazos. La segunda fase es cuando las persona comienza a tener problemas para hablar o entender lo que dice el acompañante. Luego la falta de visión y problemas al andar, pérdida del equilibrio o mareos.

Al presentar todos los síntomas mencionados es importante anotar la hora del inicio de los síntomas y llamar a emergencias, teniendo en cuenta que es importante mantener a la persona afectada lo más activa posible y bajo supervisión.

Después de que el accidente cerebrovascular transcurra y el paciente se encuentre estable es momento de iniciar con la rehabilitación que se hace solo con personal capacitado y formado para el tipo de rehabilitación que una persona con ictus requiere. La rehabilitación de una persona con ictus se centra principalmente en la movilidad, las habilidades motrices, ejercitar la memoria y la comunicación con terapia del habla.

Para el Ictus existen diferentes tratamientos dependiendo del tipo, se dividen en dos, el primero es el ictus isquémico que es el más frecuente y es cuando la arteria que va a una parte del cerebro se tapa evitando el suministro de oxígeno y nutrientes que alimentan las células. Y el ictus hemorrágico que ocurre cuando se rompe una artería, dentro o fuera del cerebro.

Las residencias especializadas cuentan con un personal capacitado para ofrecer a las personas mayores con diagnósticos y antecedentes de Ictus terapias especiales, dentro del programa interviene la fisioterapia, logopedia para trabajar en el habla que también se ve afectado, psicólogos, terapeutas ocupacionales y trabajadores sociales. El tratamiento especial para las personas con ictus tienen como objetivo reducir considerablemente los efectos adaptando su vida diaria considerando la situación actual de cada paciente mejorando su calidad de vida a través de las herramientas necesarias que pueden ofrecer tanto el personal, médicos y los familiares.